Tengo una uña reencarnada. La tengo en un dedo del pie. La uña fue oreja en otra vida, entonces oía todo y tomaba nota. Alguien cortó esa oreja y la puso en vinagre o la tiró al tacho, no sé muy bien la historia. El asunto es que muchos años después la oreja reencarnó en uña, y aquí estoy, con la uña reencarnada. Me dice que en otra vida fue oreja, la de un gran pintor, que ella tomó nota y que se trajo recuerdos de entonces. Por eso intenté pintar con el pie como algunos artistas. Pero no hay caso, los recuerdos de la oreja de un pintor poco pueden decir de colores e impresionismo. Sobre todo si la oreja fue cortada. Por algo será.
En cambio tengo un amigo con dos uñas reencarnadas que toca el piano con los pies. Dice que las uñas fueron orejas de un gran compositor. Cómo hay gente con suerte.
(c) Guillermo Galli
Esta bueno..
Fascina, breve e intenso. Desopilante final.
Muy buenoooo! Microrrelato de nivel!